jueves, 2 de mayo de 2013

Censura en la Literatura Infantil! ¿De qué forma se presenta?, ¿Qué obras han sido censuradas?


Hablar de censura en la literatura casi no nos sorprende, pues para nadie es un misterio que las artes con su potencia desbordante siempre han sido objeto de crítica, reprobación y censura. Una de las formas más obvias de censura es aquella que concierne a la presunta obligación de los textos de someterse disciplinadamente a la moral vigente.
Marcela Carranza, en un artículo titulado ¿Por qué la literatura es también para los niños?  Expone que, por ejemplo un libro puede ser rechazado porque en su texto o en sus ilustraciones la figura del padre no recibe el tratamiento que se merece, porque su desenlace incluye una venganza o porque aparece una “mala palabra”. Pero también puede suceder que un texto sea escrito o elegido con el único propósito de transmitir un contenido considerado legítimo socialmente. Por ende, no está de más decir, que este tipo de producción persigue fines comerciales, pues son estos libros “los que más venden” según el criterio de algunos editores y autores.Sin lugar a dudas se censuran los libros que no obedecen a las ideas oficialmente consideradas correctas por un grupo social en un momento dado.Este modo de concebir la literatura para niños establece una forma particular de relación con el texto. Lo selecciona según sus propósitos, se apropia del texto para la imposición al lector de un contenido y para ello debe asegurarse la lectura de un único sentido: el oficial, el “correcto”. Esto por supuesto requiere la inhibición de la libertad del lector. De este modo es posible decir que no sólo se censuran los textos; también y sobre todo se censura a los lectores imposibilitándoles construir sus propios sentidos, transitar sus propios caminos dentro de la historia que está leyendo, impidiéndoles actuar como creadores de su propia lectura. No obstante… y pese a toda prohibición, siempre hay lugar para la realización de lecturas que escapan a la oficialmente impuesta, incluso existe un modo de pensar la literatura infantil para la cual el pequeño/a lector no implica en absoluto limitaciones, sino por el contrario, la posibilidad de abrir inexplorados caminos para la creación, es por ello que no es de extrañarnos entonces que exista una literatura para niños, que también disfrutamos los adultos, una literatura que el propio Maurice Sendak denominó como “desconcertante, salvaje y desordenada”. Hay que liberar libros y lecturas teniendo siempre presente a la literatura como un arte, condición que debe ser considerada a la hora de seleccionar libros para la promoción y animación de la lectura. Hay que ir más allá de la instrumentalización del libro y la valorización de la obra por su mensaje, por lo que el autor quiso decir, por enseñar valores, para contestar preguntas, etc.La literatura en tanto que experiencia estética, genera la posibilidad de un mundo otro, abre interrogantes, propicia la formación y desarrollo de ciudadanos críticos e incluso subvierte ordenes preestablecidos, y es por ello que muchos libros han sido considerados peligrosos y por ende censurados. Entre estos cuentan: “Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll (prohibido en la provincia de Hunan en 1931, por el general Ho Chien, que consideró inaceptable que los animales del libro hablaran y se comportaran como seres humanos, pues supuso que colocar a los humanos y a los animales en el mismo nivel sería desastroso para China), “Belleza Negra” de Anna Sewell (la obra fue prohibida en Sudáfrica durante la época del apartheid, ya que un censor relacionó las palabras belleza negra con algún tipo de tratado sobre los derechos de la población negra, sin saber que lo que reivindicaba el libro eran los derechos de los animales), “Un elefante ocupa mucho espacio” de Elsa Bornemman (fue considerado en Argentina como un texto subversivo que instaba a la revuelta), “Charlie y la fábrica de chocolates” de Roald Dahl (censurado por exponer una pobre filosofía de vida), “El Principito” de Antoine de Saint-Exupéry (Prohibido en Argentina en época del Golpe Militar pues incitaba a una ilimitada fantasía y porque la búsqueda de amigos por parte de su protagonista iba contra los mecanismos de control del gobierno militar) incluso el conocido y lúdico libro de ingenio ¿Dónde está Wally? De Martin Handford, fue objeto de censura pues en una de sus páginas aparecía la diminuta imagen de una mujer haciendo topless en la playa. Así como los recién mencionados ejemplos, hay muchos más, y es de esperar sean cada vez menos!.